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Finca en Konsvinger, Noruega

Espíritu nórdico
Viajamos hasta Noruega para conocer esta magnífica villa situada en Konsvinger, un pueblo que hace frontera con Suecia. Rodeada de exuberante naturaleza, un río y un lago, nos regala una estampa típica de una postal escandinava.

La finca se compone de la casa principal, casa de invitados, casa de la piscina, casa del almacén y garaje.
Como ya sabemos, los países nórdicos no gozan de un clima fácil para vivir: 24 horas de luz durante varios meses al año y cerca de 24 horas de oscuridad durante otros tantos.
Si a esto le sumamos las bajas temperaturas y la nieve, entenderemos que se haga especial hincapié en diseñar casas lo más cómodas y confortables posibles.
La madera es el material estrella para llegar al confort deseado. Además de ser un material autóctono, económico y que se encuentra en abundancia, la madera aísla del frío y permite ahorrar mucho en calefacción debido a su gran eficiencia energética.

Para los cerramientos, puertas de entrada, ventanas y plegables, que deben ser muy herméticos, y aislar perfectamente de las heladas y la nieve, se ha utilizado el perfil IV90. La puerta de entrada a la vivienda es de Roble blanco laminado, con palillería decorativa y triple acristalamiento.
Otra característica a tener en cuenta en la arquitectura escandinava es la importancia de la luz, por lo que todas las ventanas están orientadas a ello. Están realizadas en madera de Roble blanco, con palillería maciza y triple acristalamiento, y herraje decorativo Tecosur Arena, con acabado en acero inoxidable.
El interior con techos altos y con mucha madera de Roble natural, tanto en puertas, armarios e incluso los suelos, completan esta finca donde puedes sentir el auténtico calor del hogar.

Konsvinger, Noruega
JRW Arquitectur