Esta parcela de arquitectura contemporánea, con toques tradicionales mediterráneos clásicos, tiene una vista privilegiada de la costa. En lo alto de la montaña, desde su jardín se divisa Marbella, Estepona, el mar, e incluso el peñón de Gibraltar y las costas de Ceuta y Marruecos. Posee una puerta de entrada imponente, realizada en Roble blanco, con apertura pivotante, de estilo Positivo-Negativo, rodeada de grandes fijos que dejan entrar la luz que llega hasta el salón.
La vivienda es luminosa, elegante, con una estructura simétrica, columnas y cubiertas de tejas. Tiene grandes ventanales con vistas al jardín y a la piscina. Se ha dotado a la vivienda de espacios fluidos, amplios, tanto en la carpintería exterior como en la interior. Un lujo para los sentidos, con unas vistas impresionantes.